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Momentos antes del despegue, sin embargo, la calma se convierte abruptamente en un caos cuando seis niños dando gritos, y su madre, abordan el avión. Ella se sienta en tu misma línea de asientos, al otro lado del pasillo y parece desentenderse del desorden. No tan solo los niños actúan escandalosa y alocadamente, sino que ella misma parece vacilar descontrolada entre una nerviosa risa y lágrimas.
Es evidente el descontento y la irritación de los otros pasajeros. Y, no obstante, ninguno parece decidirse a hacer algo. Finalmente incapaz de contenerte a ti mismo. Inclinándote hacia la madre, le dices bruscamente:
"Señora, por favor, ¿no puede usted hacer algo con estos niños? Están fuera de control! ¿No se da usted cuenta de que la gente está tratando de leer?, ¿no ha pensado en lo tarde que es? Todos estamos cansados, necesitamos silencio y tranquilidad".
Volviendo de pronto a la realidad, la mujer te mira a los ojos, y con una trémula voz te responde:
"Sí, sí, tiene usted razón. Lo siento muchísimo, perdóneme... Usted sabe, acabo de recibir la noticia de que mi esposo ha sufrido un terrible accidente automovilístico. Está en coma y los médicos no están seguros de que pueda vivir. Estoy teniendo un tiempo tratando de afrontar esto, y ... y ... estoy segura de que los niños tampoco pueden manejar bien la situación".
Imagínate cómo te sentirías en ese momento. Repentinamente percibes la realidad desde una perspectiva totalmente nueva. La irritación cede el paso a la compasión. En un instante has visto a esta mujer y a sus circunstancias a través de unos lentes totalmente diferentes.
Un macrocambio en su perspectiva ocurre en un microsegundo.
Nosotros necesitamos exactamente esa clase de macrocambio ahora mismo para prevenir una crisis real y presente en el cristianismo. Sin ese macrocambio, tanto en la percepción como en la perspectiva, la Iglesia está en un horripilante peligro. Permíteme que te explique.
En los años recientes, multitudes que nombran el nombre de Cristo han adoptado una percepción ampliamente distorsionada de lo que verdaderamente significa ser un cristiano. Quizás aún más alarmante, millones más han sido alejados de considerar seriamente las demandas de Cristo porque perciben el cristianismo como un fraude y a los líderes cristianos como artistas del fraude.
Bajo el lema de "Jesús es Señor" multitudes están siendo engañadas por un evangelio de avaricias y están enarbolando evidentes doctrinas de sectas metafísicas. Convencidos de que lo que oyen es la cosa real, de hecho están siendo llevados no más que a una barata falsificación.
Las verdades eternas de la Palabra de Dios están siendo pervertidas, convirtiéndolas en una mitología perversa, y todo
mientras el cristianismo está hundiéndose en una crisis de proporciones sin paralelo.
Esta es una seria imputación, lo sé. Yo entiendo que debe ser muy duro aceptarlo. Así que para probarte que no soy alarmista, permíteme ofrecerte una muestra de lo que encontraremos en el camino.
Las siguientes citas provienen directamente de los labios o plumas de un puñado de hombres y mujeres que se consideran a sí mismos como los profetas de hoy. Son estos autoproclamados profetas quienes están conduciendo la iglesia al reino de las sectas.
"Satanás conquistó a Jesús en la cruz"
Kenneth Copeland
"Usted no está mirando a Morris Cerullo, usted está mirando a Dios. Usted está mirando a Jesús".
Morris Cerullo
"Nunca, nunca, nunca vaya al Señor a decirle: 'Si es tu voluntad...' No permita que estas palabras destructoras de la fe
salgan de su boca".
Benny Hinn
"Dios tiene que recibir permiso para trabajar en este dominio terrenal en favor del hombre ... ¡Sí, usted es quien tiene el control'., así que si el hombre tiene el control, ¿quién no lo tiene ya? '.Dios!
Frederick K. C. Price
"El hombre fue creado en términos de igualdad a Dios, y puede levantarse ante la presencia de Dios sin sentido alguno de inferioridad".
Kenneth E. Hagin
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